El significado de las palabras de Jesús en la cruz según la Biblia y la tradición

Según la Biblia y la tradición cristiana, en la cruz Jesús pronunció palabras cargadas de significado para la humanidad. Algunas de ellas fueron: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lucas 23:34) y «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Mateo 27:46). En este artículo exploraremos estas frases y su impacto en la teología cristiana.

La significativa última frase de Jesús en la Cruz: ¿Qué dice la Biblia al respecto?

La última frase de Jesús en la Cruz es una de las más significativas de toda la Biblia. En ella, Jesús dice: «Consumado es» (Juan 19:30). Esta frase es importante porque muestra que Jesús había completado la obra que Dios le había encomendado.

La palabra «consumado» en griego es «tetelestai», lo que significa «se ha completado» o «se ha cumplido». Esta palabra se usaba comúnmente en la cultura griega para indicar que una tarea estaba terminada o que se había pagado una deuda en su totalidad.

Al decir «Consumado es», Jesús estaba declarando que había llevado a cabo la voluntad de Dios y había completado la obra de la salvación. Él había dado su vida por nosotros y había pagado el precio completo por nuestros pecados.

Esta frase muestra la importancia de la muerte de Jesús en la cruz y su papel como nuestro Salvador. Es un recordatorio de que, como cristianos, nuestra redención es posible gracias al sacrificio de Jesús y a su victoria sobre la muerte.

En resumen, la frase «Consumado es» es una poderosa declaración que revela el cumplimiento de la obra de salvación de Jesús y su compromiso con la voluntad de Dios.

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Preguntas frecuentes

¿Qué significado tiene la frase «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» que Jesús dijo en la cruz según la Biblia?

La frase «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» es una cita del Salmo 22:1 que Jesús pronunció en la cruz según relatan los evangelios Mateo (27:46) y Marcos (15:34).

En el contexto bíblico, esta expresión de angustia refleja el sufrimiento extremo que Jesús estaba experimentando en ese momento. Él estaba cargando con el peso de los pecados de la humanidad y sintió la separación temporal con Dios mientras moría en la cruz.

Al citar el Salmo 22, Jesús también mostraba que su sufrimiento y muerte fueron la culminación de una profecía mesiánica (Salmo 22:16-18), que habla sobre el sufrimiento del justo y cómo Dios finalmente lo rescata. De esta manera, Jesús demostró que su muerte no fue un fracaso sino parte del plan divino para la redención de la humanidad.

A través de esta frase y su sufrimiento, Jesús también nos enseña que incluso en nuestros momentos más oscuros, podemos confiar en que Dios está con nosotros y que tiene un plan para nuestras vidas.

¿Por qué se dice que Jesús cargó con los pecados del mundo al morir en la cruz según la tradición cristiana?

Según la tradición cristiana, Jesús cargó con los pecados del mundo al morir en la cruz porque así lo dijo el profeta Isaías en el Antiguo Testamento. En Isaías 53:4-6 se dice: «Ciertamente él llevó nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero nosotros lo consideramos herido, golpeado por Dios, y humillado. Él fue traspasado por nuestras transgresiones, aplastado por nuestras iniquidades; el castigo que nos dio paz fue sobre él, y por sus llagas fuimos sanados. Todos nosotros nos desviamos como ovejas, cada uno se apartó por su propio camino; pero el Señor hizo caer sobre él la iniquidad de todos nosotros».

En otras palabras, Jesús fue sacrificado para expiar los pecados de la humanidad, por lo que se le llama el Cordero de Dios. Su muerte en la cruz simboliza un acto de amor y redención para aquellos que creen en él y en su obra salvadora. Como se lee en Juan 3:16-17: «Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él».

En conclusión, Jesús llevó los pecados del mundo en la cruz como un acto de amor y redención, según la tradición cristiana, y aquellos que creen en él pueden ser perdonados y tener vida eterna.

¿Cómo podemos entender la voluntad de Dios en la muerte de Jesús en la cruz según la perspectiva bíblica?

Según la perspectiva bíblica, la muerte de Jesús en la cruz fue planificada y llevada a cabo por la voluntad de Dios Padre. En el Evangelio de Juan 3:16, se dice que «Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna». Esta entrega de Jesús fue un acto de amor y misericordia divina hacia la humanidad.

Además, en el Antiguo Testamento, en Isaías 53:10-11, se profetiza acerca del sufrimiento y muerte del siervo de Dios, quien llevaría los pecados de muchos y sería ofrecido como sacrificio expiatorio para redimirlos. En Hebreos 9:22 se afirma que «sin derramamiento de sangre no hay perdón de pecados», por lo que la muerte de Jesús en la cruz permitió la expiación de los pecados de la humanidad.

Por lo tanto, la muerte de Jesús en la cruz no fue un accidente o una tragedia, sino un acto supremo de amor y misericordia divina para salvar a la humanidad de la condena por el pecado. Como dice Juan 15:13, «nadie tiene mayor amor que este, que uno dé su vida por sus amigos». La muerte de Jesús es la máxima expresión de este amor divino por nosotros, y nos invita a vivir en agradecimiento y fidelidad a Dios.

En conclusión, según la Biblia y la tradición cristiana, en el momento de su crucifixión, Jesús pronunció una serie de frases que son trascendentales para los creyentes. Entre ellas, destaca aquella en la que se dirige a su Padre, diciendo: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Mateo 27:46). Esta frase revela el dolor y la angustia que Jesús experimentó en ese momento crucial de su ministerio. Sin embargo, también hay otras palabras de Jesús en la cruz que son igualmente poderosas y significativas, como cuando dijo: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lucas 23:34). Estas palabras de amor y perdón muestran la grandeza y la misericordia de nuestro Salvador incluso en medio del sufrimiento y la muerte. Por todo esto, es importante recordar estas frases y meditar sobre su significado en nuestras vidas como cristianos.

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