En la Biblia se hace referencia a los hijos bastardos en Deuteronomio 23:2, donde se establece que «no entrará en la congregación de Jehová el bastardo…» Este término denota a aquellos hijos nacidos fuera del matrimonio. Aunque este pasaje puede resultar controversial en la actualidad, es importante entender su contexto histórico y cultural para comprender mejor su significado. ¡Descubre más sobre este tema en La WikiBiblia!
¿Realmente dice la Biblia que los hijos pueden ser considerados bastardos? Explorando el origen y significado de este término en las escrituras sagradas.
La palabra «bastardo» aparece en la Biblia y se refiere a un niño nacido fuera del matrimonio o de una relación ilegítima. En Deuteronomio 23:2, se menciona que «Ningún bastardo entrará en la asamblea del Señor; ni aún la décima generación de ellos entrará en la asamblea del Señor». Sin embargo, es importante tener en cuenta que este pasaje no está hablando de la situación del niño, sino que se refiere a su capacidad para entrar en la congregación.
Además, en el contexto bíblico, el término «bastardo» es usado en un sentido más amplio, incluyendo a aquellos que son despreciados y considerados inferiores. Pero esto no significa que Dios no ame o tenga un plan para la vida de estas personas.
En resumen, la palabra «bastardo» aparece en la Biblia en referencia a un niño nacido fuera del matrimonio o de una relación ilegítima, pero no debemos tomar estos pasajes como una declaración de condena o rechazo hacia los hijos en sí mismos. Es importante recordar que cada ser humano es amado y valorado por Dios, independientemente de sus circunstancias o antecedentes.
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Preguntas frecuentes
En conclusión, después de haber analizado cuidadosamente los pasajes bíblicos pertinentes, no encontramos ninguna indicación explícita de que los hijos nacidos fuera del matrimonio sean considerados «bastardos». Aunque la Biblia no aprueba necesariamente la conducta sexual inmoral, resalta la importancia de amar y cuidar a todos los hijos, independientemente de las circunstancias de su nacimiento. Como cristianos, debemos seguir el ejemplo de Cristo en tratar con amor y compasión a todas las personas, incluidos aquellos que experimentan consecuencias dolorosas como resultado de decisiones equivocadas en sus vidas. En lugar de juzgar y etiquetar a otros, debemos ofrecer comprensión y apoyo, ayudándoles a encontrar la sanidad y la redención en Cristo. Al final, es el amor de Dios el que transforma las vidas, y no nuestras etiquetas humanas.